Clavo de olor entero
El clavo de olor es el botón aun cerrado de la flor del clavero o árbol del clavo.
Hoy en día, la mayor parte de clavo procede de Zanzíbar y de Madagascar. Los clavos se cosechan dos veces al año al alcanzar su mayor tamaño, justo antes de que aparezcan los pétalos. Posteriormente se dejan secar al sol durante varios días, en el transcurso de los cuales pierden dos tercios de su peso, y adquieren su color marrón oscuro.
El aroma del clavo, oscuro y rico, es inconfundible. Se debe al eugenol, un aceite esencial al que se le atribuyen propiedades antisépticas, analgésicas y antiinflamatorias. El sabor es pungente, amargo, muy persistente en boca.
El clavo, utilizado en todas las cocinas del mundo, condimenta platos salados de digestión pesada, como guisos de caza y verduras, legumbres, arroces, cuscús, etc, y aromatiza escabeches y caldos de carne o ave. Combina también con platos dulces, como bizcochos, galletas, compotas y manzanas asadas, y forma parte de licores y de salsas.
El clavo de olor es el botón aun cerrado de la flor del clavero o árbol del clavo.
Hoy en día, la mayor parte de clavo procede de Zanzíbar y de Madagascar. Los clavos se cosechan dos veces al año al alcanzar su mayor tamaño, justo antes de que aparezcan los pétalos. Posteriormente se dejan secar al sol durante varios días, en el transcurso de los cuales pierden dos tercios de su peso, y adquieren su color marrón oscuro.
El aroma del clavo, oscuro y rico, es inconfundible. Se debe al eugenol, un aceite esencial al que se le atribuyen propiedades antisépticas, analgésicas y antiinflamatorias. El sabor es pungente, amargo, muy persistente en boca.
El clavo, utilizado en todas las cocinas del mundo, condimenta platos salados de digestión pesada, como guisos de caza y verduras, legumbres, arroces, cuscús, etc, y aromatiza escabeches y caldos de carne o ave. Combina también con platos dulces, como bizcochos, galletas, compotas y manzanas asadas, y forma parte de licores y de salsas.
El clavo de olor es el botón aun cerrado de la flor del clavero o árbol del clavo.
Hoy en día, la mayor parte de clavo procede de Zanzíbar y de Madagascar. Los clavos se cosechan dos veces al año al alcanzar su mayor tamaño, justo antes de que aparezcan los pétalos. Posteriormente se dejan secar al sol durante varios días, en el transcurso de los cuales pierden dos tercios de su peso, y adquieren su color marrón oscuro.
El aroma del clavo, oscuro y rico, es inconfundible. Se debe al eugenol, un aceite esencial al que se le atribuyen propiedades antisépticas, analgésicas y antiinflamatorias. El sabor es pungente, amargo, muy persistente en boca.
El clavo, utilizado en todas las cocinas del mundo, condimenta platos salados de digestión pesada, como guisos de caza y verduras, legumbres, arroces, cuscús, etc, y aromatiza escabeches y caldos de carne o ave. Combina también con platos dulces, como bizcochos, galletas, compotas y manzanas asadas, y forma parte de licores y de salsas.